Los efectivos han estado trabajando durante toda la noche a los pies del Monte Areo para evitar que las llamas se propagasen
“Estuvimos toda la noche, está controlado, en principio solo queda la zona de arriba algunos puntos, pero el resto está extinguido”, describe uno integrante del cuerpo de bomberos
El incendio que la noche de ayer obligó a desalojar a medio centenar de vecinos de las parroquias de Monteana y San Andrés de los Tacones, próximas al Monte Areo, sigue activo. Efectivos de Bomberos de Gijón y de Asturias "han estado trabajando toda la noche para lograr controlar el fuego. En este momento, explican a primera hora fuentes municipales, "se está produciendo el cambio de turno y, en base a la valoración de los cuerpos de seguridad movilizados, se planteará el realojo de las personas que han pasado la noche fuera de sus casas".
El edil forista valoró que las condiciones parece que "mejoraron", pero "son los bomberos los que tienen que valorar". “Gracias a dios no hay que lamentar heridos y los daños materiales no parecen muy grandes”, añadió. “Estuvimos toda la noche, está controlado, en principio solo queda la zona de arriba algubos puntos, pero el resto está extinguido. El viento sopló muchísimo por la noche, no sé si podrá volar el helicóptero porque está racheado”, aportó, por su parte, un integrante del equipo de bomberos.
El pavoroso incendio en el Monte Areo, en el límite entre los concejos de Gijón y Carreño, provocó ayer por la noche el desalojo de medio centenar de vecinos, reubicados por los equipos de emergencias en el colegio de Monteana, y el despliegue de un importante operativo en el que están participando bomberos de Gijón, Asturias, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja, Protección Civil y personal sanitario. "Es muy grande y avanza muy rápido", describió Tino Mendoza, líder vecinal de Monteana, cuando las llamas comenzaron a ser visibles y el olor a quemado comenzó a propagarse por toda la ciudad. "Nunca antes ha pasado una cosa así, es de los mayores incendios que he visto", aportaba, por su parte Marco Antonio Barrero, ya realojado en el centro educativo de la parroquia. Al cierre de esta edición, los efectivos continuaban intentando controlar el fuego.
Este nuevo incendio tiene su origen en el de la semana pasada, que tras varios días de trabajos se dio por controlado. Pero las fuertes rachas de viento, según las primeras hipótesis, lo reavivaron sobre las nueve de la noche. Todos los efectivos del parque de Bomberos de Roces se desplazaron a la zona para ir actuando, sumándose Bomberos de Asturias poco después al ver que las llamas se descontrolaban y avanzaban. Al tiempo, desde el Ayuntamiento se activó el plan de emergencia municipal (también hizo lo propio el Principado) y se decidió el desalojo de los vecinos de las casas más próximas al Monte Areo, en especial las de la zona del camín del Melendreru, cerca de la parroquia de San Andrés de los Tacones.
Alrededor de unas 50 personas fueron abandonando sus casas en dirección al polideportivo de Monteana. Pasó tiempo hasta que pudieron acceder al centro educativo. Con el paso de las horas les fueron llevando agua, mascarillas, colchones y mantas. "Nos avisó la Policía Local cuando estábamos acabando de cenar y tuvimos que salir sobre la marcha", relataban Gloria y Lourdes Riol, hermanas desalojadas junto con su madre María del Pilar Iglesias, de 101 años que le han atendido sanitarios de UVI Móvil para comprobar que estaba bien. Ellas viven en el Camín de Monteana a Poago casi arriba del monte.
Las llamas, muy visibles desde la autopista "Y" seguían avanzando. Afectaron sensiblemente a un taller en las inmediaciones de la cuesta el Visu, cuyos propietarios, de inicio, se negaban a abandonar la zona, lo que motivó que se diese aviso a la Guardia Civil. La Policía Local, a través de su Unidad de Apoyo Aéreo, supervisó la zona afectada con el dron para dar información a los bomberos, que se iban a quedar trabajando toda la noche para evitar que el fuego llegase a las viviendas más próximas. Sobre las doce y media de la noche comenzó a llover con fuerza, manteniéndose el viento. Durante las labores resultó herido leve uno de los bomberos participantes en el operativo. A última hora no constaba que hubiese nadie más afectado por este incendio.
Visita de la Alcaldesa a los vecinos desalojados
La solidaridad vecinal fue clave en los momentos de confusión y tensión que se vivieron con el avance del fuego. Ethan Pérez, también en la asociación de vecinos de Monteana, fue de los primeros en dar la voz de alarma e ir a ayudar a vecinos de San Andrés de los Tacones a sacar ganado de la cuadra. "La gente se ha portado muy bien y hubo mucha solidaridad vecinal, mucha gente se ofreció a ayudar con locales y materiales y café" afirmó Tino Mendoza, líder vecinal de Monteana. Igual que su homólogo en San Andrés, Bryan Calvo. "Estábamos saliendo de casa con las bolsas cuando un coche de la Local nos avisó con un megáfono que fuéramos al colegio de Monteana. Es la primera vez que nos pasa algo así", aportaba, por su parte, Renato González.
Con la llegada del director del centro para abrir el colegio, los vecinos desplazados fueron entrando. Voluntarios de Protección Civil, Cruz Roja y Policía Local fueron llevándoles agua. Recibieron la visita de la alcaldesa, Carmen Moriyón, que desde el primer momento se personó en el gabinete de crisis establecido en las primeras horas en la antigua jefatura de la calle San José. Al llegar, y como anécdota, uno de los niños presentes Raúl Álvarez, hasta le pidió un autógrafo mientras la regidora se interesaba por cómo estaba.
Con el paso de las horas, y ya cerca de la una de la mañana, se les ofreció a quien lo necesitase la opción de ir al hotel Begoña del paseo de Begoña en caso de necesidad. Todos esos vecinos están siendo atendidos en función de las necesidades con un amplio despliegue de efectivos policiales, sanitarios y de protección civil.
Los bomberos, por su parte, mantienen su operativo para evitar el avance de las llamas, pero sofocar el incendio se antoja complicado por el fuerte viento que seguía azotando. La humareda cada vez se había mayor y el olor era más palpable desde distintos puntos de la ciudad. Al menos, no hay que lamentar heridos por este pavoroso incendio.