Por cuarto día seguido, un contingente de 110 efectivos combate los
30 incendios en 21 concejos. El viento y la falta de accesos dificultan
la labor
En estos momentos hay 25 de incendios forestales en 17 concejos de la región.
La plaga no cesa y sigue dando sustos. La noche del viernes,
efectivos de bomberos y protección civil se las vieron para «salvar» al
pueblo de Navedo (Illano). Un incendio nacido en La Couz (Villayón)
creció por el monte de San Roque, saltó una pista y amenazó un núcleo
«de muchas casas, parte de ellas despobladas, pero con algún vecino de
90 años que nos preocupó mucho», explica Leandro López, alcalde y uno de
los participantes en el dispositivo nocturno. En Omente (Ibias) las
llamas continúan acechando a la Reserva Integral de Muniellos y prenden
en la linde con el espacio protegido. En Grandas de Salime la zona
escarpada y la cantidad de humo impide hacer un ataque efectivo, con lo
que los especialistas se estaban limitando a vigilar y montar defensas
para evitar que se vean afectados núcleos de población.
El cuarto día de lucha contra el fuego terminó con un contingente de 110
efectivos, entre bomberos del Servicio de Emergencias del Principado
(Sepa), brigadistas, y el personal de las cooperativas. Se repartían por
los 39 incendios forestales que seguían activos anoche. Las llamas
ardían en seis concejos del Oriente, cinco más de las cuencas, tres en
la zona central, y siete más en el Occidente, donde se vivían las peores
situaciones. La seca de este invierno, unido al sol y viento del sur de
esta semana, han creado una meteorología propicia para las llamas en el
Principado, pero también en Cantabria y León, donde anoche se
intentaban sofocar catorce y dos incendios respectivamente.
«Quemar en estos momentos, con un nivel de riesgo de cinco, está
prohibido, atañe sanción administrativa pero también responsabilidad
penal», recordó el consejero de Presidencia, Guillemo Martínez. El
portavoz del Gobierno regional está persuadido de que «la mayoría han
sido provocados», motivo por el cual reiteró su llamamiento a la
ciudadanía «para que cualquiera que tenga información o vea algún
conato, lo comunique al 112 o las fuerzas y cuerpos de seguridad».
La peor situación se sufría anoche en el incendio de Grandas, originado
en la tarde del jueves y que entonces «no parecía muy fuerte, pero sí
estaba en una zona muy complicada», explica el alcalde, Eustaquio
Revilla. A pesar de tener el embalse al lado, no hay caminos para
atacarlo desde abajo, y lo empozado de la zona, provoca que el humo se
acumule y dense de tal manera que los helicópteros no tienen visibilidad
suficiente como para acercarse y atacarlo. «Poca cosa se está haciendo;
lo primero es prevenir que no haya ningún incidente personal y vistas
las magnitudes del incendio, los medios terrestres poco pueden hacer más
allá de esperar a ver cómo evoluciona», informa.
«Ha habido que actuar en una vivienda, en el antiguo pueblo de Salime, y
hacer defensas para que no llegara a Villar de Buspol y Busvidal»,
abundaba. La noche se intuía movida al cierre de esta edición, con una
lengua de fuego de más de tres kilómetros avanzando. «Me consta que este
es el que más preocupa y habrá que vigilar, porque va avanzando ladera
arriba, hacia Pola de Allande, y hay pueblos como Villarpedre en esa
dirección», apuntaba un alcalde anoche pendiente de los acontecimientos.
No hay datos oficiales pero se estima que van más de 275 hectáreas
calcinadas de pino pinaster, radiata y silvestre, castaño y abedul.
«Tiene una extensión muy importante», concedía el consejero de
Presidencia, quien reconocía su inquietud por Grandas, pero también por
el que continúa en pleno corazón del Parque Natural de las Fuentes del
Narcea, Degaña e Ibias.
«Ha corrido de un día a otro»
Las llamas devoran una ladera de Omente (Ibias), rico en
roble bajo y brezo, y se niegan a doblegarse ante el ataque coordinado
de tres helicópteros. El incendio se cortó ayer en dos flancos, uno de
ellos con una lengua de unos 800 metros que avanzó colina arriba. En una
zona tan abierta, el viento de la zona lo avivaba con frecuencia. «Ha
corrido mucho el fuego de un día a otro», confirmaba un vecino del
lugar. Las columnas de humo generadas hicieron pensar a varios testigos
que el fuego había invadido ya la Reserva Integral de Muniellos. La
alcaldesa de Ibias, Silvia Méndez, señaló que los profesionales seguían
vigilando «la cumbre por el peligro de que pase» al lugar protegido,
pero según su información, hasta anoche continuaban sin cruzar ese
límite.
¿A qué obedece esta nueva racha de fuegos? Organizaciones
conservacionistas la atribuyen a la reforma de la Ley de Montes de
Asturias que ha suprimido el acotamiento de terrenos pastables. Ayer se
sumó a esa línea la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies, culpando
directamente al parlamento por esa reforma. «Se han equivocado, no pasa
nada. Rectificar es de sabios», apuntó.
«No parecen haberse enterado, porque la ley que critican
sencillamente se encuentra en tramitación y ni siquiera ha sido
aprobada», reprobó Carmen Fernández, diputada de Foro. Como solución
propuso impulsar políticas de prevención. Diana Sánchez, de Ciudadanos,
reclamó «respetar escrupulosamente» los índices de riesgo, y recordó que
este tipo de oleadas de incendio suelen ser provocadas.