En la embarcación había cañas pero sin persona a bordo.
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil la remolcó hasta su base
En ese momento, se comenzó la búsqueda ante una presumible caída al agua del ocupante
José Antonio Santamaría, de 36 años y vecino de Mar (Polanco), está siendo buscado desde la noche del sábado después de que su embarcación apareciera a la deriva, sin tripulación y con el motor encendido, a unas cinco millas náuticas de la costa de Suances. El pescador había salido solo a faenar al caer la tarde y no regresó a puerto, lo que activó la alerta entre sus familiares y amigos.
La Guardia Civil, Salvamento Marítimo, Cruz Roja y el Servicio de Emergencias del Gobierno de Cantabria participan en un amplio dispositivo de búsqueda por mar y aire que se ha mantenido activo durante toda la jornada del domingo y que continuará hasta el anochecer, si las condiciones lo permiten.
La embarcación, hallada sin rastro del pescador
La pequeña embarcación del desaparecido fue localizada por un pesquero en la madrugada del domingo. Estaba sin nadie a bordo, con el motor aún en funcionamiento y las cañas de pescar echadas al agua. En su interior se encontraron dos bonitos, lo que sugiere que el pescador había estado faenando con normalidad antes del suceso.
El bote tiene como base habitual el puerto de Marina del Cantábrico, en Santander, y todo indica que Santamaría conocía bien la zona. Sin embargo, no hay testigos directos de lo ocurrido ni se ha detectado ningún aviso de emergencia emitido por él.
Un despliegue coordinado por mar, tierra y aire
Desde primeras horas del domingo, varias embarcaciones, helicópteros y equipos de buceo han peinado la zona comprendida entre la costa de Suances y el punto donde fue hallada la lancha. El operativo incluye buceadores especializados, drones con cámara térmica, helicópteros del Gobierno de Cantabria y la Guardia Civil, así como patrullas marítimas de Cruz Roja y Salvamento Marítimo.
El helicóptero del Gobierno autonómico se ha incorporado a lo largo de la tarde para intensificar las labores de rastreo desde el aire, especialmente en zonas de rompiente y bajos rocosos.
Aunque por el momento no se descarta ninguna hipótesis, todo parece indicar que José Antonio podría haber caído al mar de forma accidental. Las condiciones del mar en la zona eran variables durante la noche, con rachas de viento y mar de fondo moderado, factores que pueden haber jugado un papel en un posible accidente.
El caso recuerda a otros sucesos ocurridos en la zona en años anteriores, donde embarcaciones han sido halladas a la deriva sin ocupantes, muchas veces con desenlaces trágicos.
La búsqueda continúa sin descanso mientras las autoridades insisten en la importancia de la prudencia al salir a faenar en solitario y recomiendan el uso de chalecos salvavidas y balizas personales de localización. La esperanza se mantiene viva en Polanco, donde todos aguardan con inquietud una señal que permita encontrar a José Antonio con vida.