El volcán de La Palma ha generado nuevas lenguas de lava en la fecha en la que se cumplen tres semanas de erupción
Las últimas
horas del volcán de La Palma han sido «especialmente duras», ya que ha
mostrado su cara más violenta y explosiva lo que lo ha convertido en un
fenómeno «muy ruidoso» y destructivo. El director del
Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias (Pevolca), Miguel Ángel
Morcuende, ha informado que ya son 525,77 hectáreas afecctadas, 33
hectáreas más que ayer y que la anchura máxima de las coladas tras los
nuevos ríos de lava ya superan los 1,5 kilómetros.
El
satélite Copernicus ha cifrado el número de edificaciones afectadas en
1.281, con 1.186 destruidas y 95 en riesgo, unas cifras que suponen un
nuevo revés para Todoque: lo poco que quedaba en pie de este barrio, en el que viven en torno a 1.000 vecinos ha sido engullido por el volcán.
La
destrucción del cono en su flanco norte en la tarde de ayer generó un
importante caudal de lava que baja por la ladera en forma de una gran
lengua, que ha arrastrado grandes bloques que el Instituto Volcanológico
de Canarias asegura que son «del tamaño de edificios de tres plantas».
La nueva
colada, fruto del derrumbe del lado norte del cono, tiene un flujo
fluido hasta 1.240 grados de temperatura, y tiene diferentes
bifurcaciones. Morcuende ha detallado que la situada en el lado más
noroeste no ha experimentado recorrido y sigue frenada, mientras que la
que está paralela, al sur de esta, tiene dos ramales. El desgaje al
norte está a la altura de la cementera del polígono industrial del
Callejón de La Gata en Los Llanos y avanza lenta, a una velocidad
estimada de 5 metros por hora. «Aunque el avance es mínimo está constantemente vigilada porque puede llegar a la cabecera de minicuenca y cambiar su recorrido», lo que podría «generar alguna complicación con nuevas acciones de Protección Civi», ha señalado el director del Pevolca.
La
colada en su parte más baja ya ha alcanzado la LP-313 y la previsión es
que siga su avance paralela a la anterior y encuentre salida al norte de
la montaña de Todoque, «empujando el brazo que quedó parado hace 10 días en ese punto».
El
proceso de crecimiento y reconfiguración del cono es un proceso normal
dentro de la erupción, ha recordado la directora del Instituto
Geográfico Nacional, María José Blanco, y derrumbes como el de ayer podrían seguir produciéndose dentro de este fenómeno.
Aguante estoico de los vecinos
Morcuende
ha querido tener unas palabras de agradecimiento a los vecinos,
principalmente de Tacande de arriba y abajo, La Laguna y Tajuya, con un «comportamiento cívico excelente»
a pesar de que soportan «un evento de estas características de forma
muy directa». Como ha dicho, «nos ayudan enormemente a la dirección del
plan y las tareas que nos competen».
Este es un «fenómeno de
explosividad importante«, y está generando «unas condiciones bastante
insoportables, como el tremor, las explosiones frecuentes y una
incomodidad permanente para la ciudadanía», a pesar de que el índice aún
es de 2 sobre un máximo de 8.
«Estamos muy cerca del volcán y lógicamente sufrimos esos avatares»,
que es «ese ruido permanente que sobrecoge muchísimo» y con el que los
vecinos conviven con un comportamiento cívico extraordinario y estoico y
apenas sin dormir.
Más terremotos, pero estables
La
sismicidad se mantiene, con más de 50 sismos en el día de hoy a
profundidades medias de entre 10 y 15, y profundas de más de 20
kilómetros, y sobre los núcleos de Mazo y Fuencaliente, donde se registró con el primer enjambre sísmico del 11 de septiembre.
La
portavoz del Comité Científico y directora del Instituto Geográfico
Nacional, María José Blanco, ha explicado que han aumentado «en número y
magnitud con respecto a ayer», con el máximo en magnitud 3,9 sentido en
intensidad 4 pero profundo, a 35 kilómetros». Es posible que «se den más sismos sentidos y haya pequeños derrumbes en zonas de pendiente»,
y si bien no se descarta una nueva boca dentro del entorno del cono no
hay indicadores que hagan pensar en que esta se podría abrir en zonas
más lejanas ya que no hay patrón de deformación significativo.
Calidad del aire, a peor a partir de mañana
La nube de ceniza y gases ha alcanzado una altura de 3,5 kilómetros y la calidad del aire en el día de hoy sigue siendo «razonablemente buena».
El tiempo atmosférico ayuda en estos momentos pero los cambios en las
previsiones, con la bajada de la capa de inversión térmica, provocará
algunos problemas.
Posiblemente estos cambios no solo empeoren la
calidad del aire sino que afecten nuevamente a la operatividad del
aeropuerto de La Palma con posibilidad de afección a los dos de la isla
de Tenerife.
En las últimas horas el viento de norte ha mejorado
la dispersión de contaminantes, con valores altos de dióxido de azufre
en el penacho de 4.522 toneladas diarias, pero similares a días
anteriores. No se han superado los umbrales en las estaciones, ni en lo
relativo a los gases de dióxido de azufre ni micropartículas en suspensión.
El dióxido de carbono, que no es visible, no ha alcanzado concentraciones peligrosas para la salud.
El delta sigue creciendo sobre un cañón submarino
El
delta lávico o fajana, sigue haciendo crecer la isla baja que se ha
formado en dirección norte-sur en la zona de la playa de El Perdido y
los Guirres. Se ha estimado que la superficie estricta es de 34
hectáreas, un valor inferior a los últimos informes ya que solo
contempla la superficie sobre el mar, mientras otros días se contabilizó
también la línea de costa.
Sigue avanzando en su cabecera, que
descansa sobre un cañón submarino en el frente, ha señalado Blanco. Tal y
como han advertido los últimos días, se mantiene el riesgo de derrumbe
del frente, con liberación brusca de gases, olas y explosiones, pero
siempre dentro de la zona de exclusión y sin peligro para las personas.
La ola que podría generarse de este derrumbe alcanzaría en su punto más
alto «in situ» los 5 metros, y su fuerza se iría perdiendo en su avance hasta lo 25 centímetros.