Cuatro turistas argentinos que volvieron de
República Dominicana habrían contraído fiebre chikungunya, una
enfermedad emergente que es transmitida por los mosquitos y que produce
dolores articulares.
Por primera vez se detectaron en Argentina dos casos
probables y otros dos casos sospechosos de fiebre chikungunya. "Son
cuatro personas que habían viajado a República Dominicana por turismo y
que se están recuperando bien", según informó ayer el viceministro de
Salud de la Nación, Jaime Lazovski.
"El sistema de salud detectó ya dos casos probables
de fiebre chikungunya: son dos personas que habían viajado a República
Dominicana y que residen en Florencia Varela y en la ciudad de Buenos
Aires. En ambos casos, ya hubo una prueba de anticuerpos que dio
positivo. Para la confirmación del diagnóstico de laboratorio sería
necesario realizar una prueba de neutralización de anticuerpos que aún
no está disponible en el país, ya que el virus nunca circuló aquí",
explicó Lazovski.
Los otros dos casos importados pero sospechosos aún
no tienen el resultado del análisis. Se trata de personas que también
fueron a República Dominicana y volvieron a la provincia de Río Negro.
"Tenían síntomas del chikungunya", comentó el viceministro. La
enfermedad se presenta con fiebre generalmente asociada con artritis (87
por ciento), dolor de espalda (67 por ciento) y cefalea (62 por
ciento).
"En los cuatro casos, las personas fueron aisladas en
sus casas, y se hizo bloqueo con limpieza de los lugares cercanos para
evitar que haya mosquitos en la zona que transmitan el virus
chikungunya", advirtió el funcionario.
La infección es transmitida por los mosquitos Aedes
aegypti y Aedes albopictus, que también están involucradas en la
transmisión del dengue. Suele durar entre cinco y siete días, y produce
dolores articulares graves, a menudo incapacitantes. Raramente pone en
peligro la vida del paciente. Fue descrita por primera vez en Tanzania
en 1952, y luego identificada en Asia, Africa, Europa y, desde finales
de 2013, en América.
A nivel nacional, la cartera de salud ya había
mandado el alerta por la alta probabilidad de importación del virus. El
titular de epidemiología había estimado que podría llegar en setiembre, y
había recomendado que la medida principal es la reducción de la
exposición de la gente a los mosquitos. Esto se puede conseguir a través
de mosquiteros, repelentes, camisas de manga larga y pantalones largos.
"Hay que impedir que se formen criaderos debajo de las macetas, los
floreros y las plantas en frascos con agua. Es magia pensar que la
fumigación previene: sólo sirve en el momento del brote. Lo crucial es
no tener criaderos de mosquitos para que ni el chikungunya ni el dengue
afecten", había dicho Tomás Orduna, infectólogo del Hospital Muñiz, de
Buenos Aires.
